Quizá porque nos dan miedo las respuestas o que no sean las que nos gustaría oír o que tengamos que escuchar aquello que no queremos y nos puede doler, existe en nosotros una especie de orgullo malentendido, revestido con un temor irracional, a preguntar y decir lo que deseamos a aquel que hasta el segundo inmediatamente anterior era importante para nosotros.
Cierto... (Me gustó mucho el "a vuelapluma" de ayer). Que tengas un buen día ;)
ResponderEliminar