jueves, 19 de enero de 2012

DENTRO DE UNOS AÑOS

Dentro de unos años, cuando ya nos hayamos perdido la pista, el día menos inesperado, quizá nos encontremos en cualquier bar. Cada uno con su pareja. Tal vez bajemos las miradas al suelo o las desviemos para que no se crucen. Tal vez nos sonriamos. Incluso podríamos llegar a sonrojarnos. Haciendo un guiño al pasado, ambos pediremos lo mismo que bebíamos todas aquellas noches que hicimos nuestras y, alzando nuestras copas al cielo, murmuraremos el mismo brindis que hacíamos entonces.

Dentro de unos años, cuando solo seamos un recuerdo para el otro, nos cruzaremos en cualquiera de las calles que fueron testigos de nuestros amaneceres. Es posible que nos detengamos para preguntarnos cómo nos va la vida, sin entrar en profundidades. Tal vez deseemos que el otro no sea feliz. Y así poder evitarnos el posible dolor que nos causen unos celos infundados y que no tuvimos nunca.

Dentro de unos años, cuando apenas nos recordemos, es posible que nos encontremos en cualquier fiesta de alguno de nuestros amigos comunes. Y evitemos quedarnos hablando a solas hasta que no podamos resistirnos más y bailemos juntos de nuevo.

Dentro de unos años, ambos lo sabemos, habremos olvidado que durante un tiempo compartimos sueños, noches, besos, risas… Y cuando nos veamos en un autobús pensaremos que nuestras caras nos son familiares, y tal vez deseemos no habernos encontrado para librarnos del dolor que nos causará ese reencuentro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario