martes, 31 de enero de 2012

1001 DESEOS CONTRA 1

Mi alma entera te daría
si yo tuviera garantía
de que soy yo a quien tú esperas.”

Me hubiera gustado ser yo al que esperara esta noche y todas las noches. El que hiciera que se revolucionaran los nervios en su estómago. El que le evocara la mejor de las bandas sonoras para el reencuentro con la persona amada. El que le causara desazón cada vez que hubiese llegado tarde a alguna de nuestras citas.

Me gustaría haber sido yo al que llamara para pedirle un abrazo en todos aquellos momentos en los que lo necesitó. Al que abrazara para sentir que merece la pena vivir por algo, por alguien. Y que se convenciera, para siempre, de que yo siempre estuve y nunca quise irme.

Me hubiera gustado ser yo el que dejara el cepillo de dientes al lado del suyo en su casa. El que tuviera un cajón con mis cosas en su dormitorio. El que dejase su olor a recién duchado todas las mañanas al ir a trabajar.

Me gustaría haber sido yo quien le susurrara palabras de amor en la calma después de la tempestad que desataríamos cada noche en nuestra cama. El que las gritara en las avenidas, sin avergonzarnos, cuando todo el mundo se girara al mirarnos pensando que estábamos locos.

Me hubiera gustado ser yo el que la protegiera del inclemente sol del mediodía de todos los agostos. El que bailara con ella bajo la lluvia una vez perdido mi pánico a las tormentas.

Me gustaría haber sido yo el que cumpliera sus 1001 deseos. Y todos los que hubiere tenido. Así, ella hubiera satisfecho el único que yo tuve en todo el tiempo que coincidieron nuestras vidas.

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