jueves, 5 de enero de 2012

… Y MIL GRANDES DOLORES

Despertar y el vacío. La escarcha en tu lado de la cama. Mi lado de la almohada empapado. El sudor de las pesadillas. Toda la basura amontonada en una bolsa. Volver a comprar para uno solo. La casa que no huele a nada. Mi colonia que no se acaba. El tacto de la derrota. El enésimo fracaso. Empaquetar mis cosas. Hacer las maletas. Dejarme cosas olvidadas a propósito. Buscar excusas para verte, para saber de ti. La frustración. Mis ojos vacíos, ciegos y arrasados por el llanto. Instalar un timbre más potente por si me estoy quedando sordo y no te oigo llamar. El teléfono mudo. Que cuando suene nunca seas tú. Odiar la lluvia. No querer ver la luna. No levantar la mirada del suelo. Dejar de escribir versos. Que nadie me los lea. Volver a mirar el teléfono. Seguir celebrando tu cumpleaños. Dejar tu regalo junto a tu plato y que siga allí al día siguiente. La cena intacta, las copas limpias, las botellas sin abrir, el champán ardiendo, las velas consumidas. La salmonella anidando en la tarta. Las Navidades aún más deprimentes. Esta noche de Reyes sin nadie a quien hacer regalos. Nadie que me los haga. La voz rota de Jacques Brel cantando Ne me quitte pas. La casa sin música. El silencio en mi vida. Buscar tu risa y ser consciente de que no la oiré nunca más. Las dudas. Preguntarme si pude hacer más. Alguna certeza. Saber que estuve ciego y sordo ante lo que me pedías, lo que necesitabas. El sentimiento de culpa. Sí, siempre soy yo el que tiene la culpa. Dar abrazos al aire. Besar el espacio en el que nunca vas a volver a estar. Los segundos tan inacabables, tan eternos, tan hueros. El enclaustramiento. Las calles tan llenas de gente, tan vacías sin tu mano en mi mano. Nada en los bolsillos. Dejar de visitar nuestros bares. Apurar las botellas de tequila. Dormir en el sofá para no ver tu hueco en la cama. La espalda fría. La escarcha en tu lado de la cama. Mis pies huérfanos. Mis lágrimas. El vacío. Y desear no despertar…

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