martes, 17 de enero de 2012

NO LO ENTIENDO

No. No entiendo la noche. Cómo voy a entender que cada vez que mis labios buscan los tuyos,  aun sabiendo lo que les espera, siguen esperando que aterrice en ellos.
No. No entiendo estas noches. Sigo sin saber por qué tus brazos siempre están dispuestos a recibir a este cuerpo mío tan derrotado, tan macilento, tan muerto.
No. No consigo entender por qué nuestras mejores noches están presididas por esa luna llena que tanto temes.
No. No logro comprender el sentido de tus palabras, de tus miradas, de tus gestos que llegan a  confundirme. Creo ver lo que no hay. Pero tú, todas las noches llamas a mi puerta y te acomodas en mi casa como si fueras a quedarte para siempre acrecentando mi confusión y me acercas un paso más a la locura.
No. No entiendo por qué en mis mejores sueños siempre estás tú si nunca has querido ser parte de ellos.
No. No logro hallar qué relación existe entre mis labios secos, mi vida llena de derrotas con tus labios finos, tus ojos oscuros y tu pubis desnudo hasta que tu lengua explora mi boca y tus pechos buscan mis manos.
No. No entiendo esta noche en la que tus muslos forman el nido al que yo me acoplo.
Si no soy capaz de entender ninguna de estas cosas tan sencillas que me ocurren, cómo voy a entender que tú quieras estar en todas ellas.

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