miércoles, 31 de agosto de 2011

Para que puedas irte
he lanzado mi amor al pozo
con una piedra de mechero atada al cuello.

Para que te vayas en paz
he arrancado la lengua a las avispas
para que no te lleven noticias mías.

Para que al mirar atrás no me veas
arrojaré mi alma a los buitres
para que desparezca para siempre:
¡Es puro veneno!

martes, 30 de agosto de 2011

A VUELAPLUMA (VIII)

Esta noche quiero ser punto final. Y, si no lo soy yo, que lo sea la noche.
 ***
Si ni los camareros quieren servirme ya veneno, ¿en quién voy a confiar?
 ***
Por las ruinas de las ciudades bombardeadas vagan los espectros de los que un día amaron.

 ***


Por mi dificultad para hacerme entender, siempre he preferido pecar por exceso.


 

lunes, 29 de agosto de 2011

DÍAS FELICES

Hay días que amanecen siendo tan lunes
que hacen olvidar el dulzor de la resaca de los amores de domingo
inundando todo con su amarga luz.

Hay lunes que desearían ser cualquier otro día
para no oir los lamentos de los muros de los cementerios
cuando envías a tus treinta y dos guerreros con sus puñales dorados
a arrancar mi corazón petrificado para que lo exhibas como trofeo.

Hay lunes tan cruelmente azules
que se dedican a descorrer las cortinas
que ocultan los fantasmas de todas mis amantes
para que te confiesen mis secretos más oscuros.

Hay días que son tan lunes
que los futbolistas aprovechan su día libre
para follar con las plañideras que acuden a mi entierro.

Hay lunes, tan jodidamente lunes como éste,
que dejan en la boca el regusto a cobre
que precede al infarto.

Pero hubo un lunes, gris, frío, tan metálico,
tan contundentemente lunes,
que quiso llenarse de gemidos
en el que el mundo estuvo a punto de ser perfecto.

domingo, 28 de agosto de 2011

A VUELAPLUMA (VII)

¿Qué voy a hacer el resto de mi vida sin mí?

***
Hay lunes tan cruelmente azules que se dedican a descorrer las cortinas que ocultan los fantasmas de todas mis amantes.

***
No pierdo la ilusión  por nada. Sólo he frenado un poco.

***
Hay veces, pocas, que perseverar es sinónimo de buenas noches. Anoche ella perseveró lo suficiente y yo aún continuo sonriendo. Ahora perseveramos juntos.

sábado, 27 de agosto de 2011

AL AMANECER


Estaba tan muerto
que los tres amaneceres siguientes seguí sin comprender
por qué ocurren las cosas que no están escritas en ninguno de los libros del destino.

Estaba tan inexplicablemente muerto…

Estaba tan bien muerto
que no podía soportar el roce de los pétalos de mi entierro,
ni tus lágrimas al bañar mi frente
pero distinguí tu abrazo entre el millón que recibí esos días

Estaba tan dolorosamente muerto…

Estaba tan realmente muerto
que ya había olvidado lo que era el deseo
y estaba sordo a los alaridos de una luna sonrojada
golpeando los escaparates al recordar los momentos perfectos
en los que mi torrente se mezclaba con tu humedad.

Estaba tan atrozmente muerto…

Estaba tan verdaderamente muerto
que no reparé en los idiotas que creen que los besos
de las polillas son tan dulces como los de las mariposas
y amanecen ahogados en su vómito
después de  jalear a los barcos que han perdido el respeto a sus tripulaciones
haciéndoles poner proa hacia las tormentas que se desatan en los vasos de whisky.

Estaba tan aterradoramente muerto…

Estaba tan patéticamente muerto
que por fin supe que
hay océanos que se refocilan sodomizando a sus náufragos
antes de arrebatarles el último suspiro.

Estaba tan brutalmente muerto…

Estaba tan increíblemente muerto que parecía dormir en paz.

Zaragoza, 27AGO11

viernes, 26 de agosto de 2011

CUMPLEAÑOS FELIZ

Algo se ha roto.
¿No lo has oído?
Sí, algo se ha roto.
Noto un vacío dentro,
que nada podrá llenar,
que quedará para siempre.

Algo se ha perdido.
¿No te das cuenta?
¿No sientes cómo me envuelve,
en su manto frío, esta soledad que me regalas?

Si me has dejado tan seco,
¿por qué me ahogo en mis lágrimas?

Blesa, 01AGO90

jueves, 25 de agosto de 2011

Anulada mi voluntad por efecto de la escopolamina,
vigilado por las cuencas vacías de los muñecos de porcelana,
testigo de la desaparición del único hijo que no explotó en mis manos
y la madre que ninguno de los dos conocimos,
corrí en busca de noticias suyas, escondido en los subterráneos
de los hospitales, preguntando a los cadáveres que guardan
los secretos de todas las heridas de puñales dorados.

Pero yo estaba hecho sólo de raíces,
hundido firmemente en la indiferencia y la incredulidad
viviendo eternamente en el aniversario de todos los naufragios,
mientras ellos llevaban coronas de luciérnagas y nenúfares
y a mí me alimentaba el pulgón que come las semillas de las amapolas
provocándome vómitos de luz de luna
que devoraban indigentes de amor en las esquinas de los países
que sólo existen en los sueños.

Y yo grité ¡Amor! ¡Amor! ¿Amor?
Pero yo había enseñado a mi hijo
a no mirar atrás
para que no viera cómo los tiburones del centro de las ciudades
expropian los escasos momentos de felicidad a los habitantes de los suburbios.

Y yo grité ¡Amor! ¡Amor! ¡AMOOOR!
pero siempre había dicho a mi hijo
que nunca volviera la cabeza
para evitarle el sufrimiento de ver cómo los borrachos
fornican con el pasado clavando esquirlas de metralla en los corazones.

**************


Yo buscaré a mi hijo antes de que un zarpazo del león
arranque mi corazón de cuajo
y asista a la esperanza en mi suicidio.

Yo buscaré a mi hijo en las noches plenas de peyote,
entre los vidrios esmerilados de las catedrales en ruinas,
en las tormentas de arena que se tragan mundos enteros,
entre los puestos de los mercaderes de los templos paganos.

Yo reconoceré a mi hijo en la cera derretida de las alas
de un ángel caído jactándose de mi desgracia,
en las hojas rojas de los librillos de papel,
en los restos de semen de los marineros recién llegados a puerto,
en los afeites de las prostitutas de carretera,
en las flores secas de los cementerios para los héroes

**************


Yo rescataré a mi hijo y no sabré ofrecerle un mundo
en el que también exista la luz,
no sólo esta oscuridad que nos abduce,
y no nos ataquen las libélulas de los cines de verano.

Yo rescataré a mi hijo de las garras de los topos,
del manantial donde amortajan a las sirenas,
del lugar de la sabana donde los elefantes pierden la memoria
sin haber oído cantar a las ballenas.

**************
Y en la hora la comunión,
cuando el sacerdote eleve la hostia al cielo
con sus manos manchadas con mi sangre,
mi hijo me abandonará y saldrá a buscar a su madre,
por los barrancos de las islas,
por los glaciares alpinos,
por las simas más profundas.

Pero un aire viciado por manzanas pútridas
le negará hasta treinta y dos veces su existencia,
prostituyendo el sagrado vínculo,
vejando sus recuerdos,
colmándole de pusilanimidad,
legándole todos los temores
que me inoculan los gusanos que devoran mi cuerpo.

Pero mi hijo será más fuerte que yo,
derrotará al hastío y al olvido,
levantará un mundo sobre sus hombros,
y reprochándome mi cobardía,
avergonzado de mi miedo a ser feliz,
me regalará un bonito entierro,
devolviéndome mi corazón.

Zaragoza, 22/24AGO11


miércoles, 24 de agosto de 2011

LOLA (1991)

Te eché de mi vida…
Dejó de salir la luna,
desaparecí de las fotografías,
se convirtió el oro en plomo.

                … una tarde de febrero…

Treinta y dos estrellas se suicidaron,
las moscas devoraron todos los recuerdos,
se secaron los manzanos.

                                               … sin decir adiós.

… y no he vuelto a sonreír.

Madrid, 06MAR91.

martes, 23 de agosto de 2011

OLVIDO (II. BOCETOS EN UN SACO)

Guardo en una caja metálica
los miles de besos que me despreciaste.
Haré un agujero en mi alma
para enterrarlos y que no vayan a otros labios.

*****

Mis manos acarician el vacío,
mis besos caen donde estabas un segundo antes,
sólo escucho los silencios que me dejaste,
ya sólo me queda el olvido.

***** 

Sé que han de volver los violines a mis días,
a revolotear dentro de mí las mariposas,
a brillar sólo el arcoíris en mi cielo.

Madrid, Zaragoza. Verano 2008.

lunes, 22 de agosto de 2011

Y ASÍ TODAS LAS NOCHES

“He amado hasta la locura, y eso que llaman locura, para mí, es la única forma sensata
de amar.”
Françoise Sagan

Volverás hoy, como cada noche,
en el duermevela que
precede al sueño,
a desordenar mi mundo,
a reorganizar mi mente,
a implantarme tu recuerdo,
a impedir que acumule los míos.

Volverás hoy, como cada noche,
a arrastrarme corriente abajo
para hacerme sentir el vértigo
de las treinta y dos caídas.

Volverás hoy, como cada noche,
a grabar a fuego  tu nombre
en mis labios,
que sean las únicas palabras
que vuelvan a pronunciar.

Volverás hoy, como cada noche,
a dibujar tu rostro en la luna,
a borrar la luz de las estrellas,
a aniquilar lo feérico
para matar mis nuevas ilusiones.

Volverás hoy, como cada noche,
a hacerme morder el polvo del fracaso,
a recrearte en mi frustración,
a acrecentar mi dolor.

¿Y si no quieres quedarte conmigo,
por qué te empeñas
en aferrarte a mi garganta?

Blesa, 29JUL90

domingo, 21 de agosto de 2011

A VUELAPLUMA (VI)

No me pidas que te hable. Ahora no puedo pensar.
*** 
Si pudiera esculpir palabras con mi pluma y que llegaran a tu corazón en avioncitos de papel…
 ***
De lo tranquilo que estoy hoy, parezco más soso que de costumbre.
 ***
Retomo la alegría en el lugar donde la dejé.

sábado, 20 de agosto de 2011

EL VERDADERO PROBLEMA

Soy una ecuación de grado “n” sin solución,
una teoría descabellada,
la respuesta en busca de pregunta,
todos los interrogantes.

Soy el amigo fiel, sólo el amigo,
que pasa por ser invisible,
con el que todos se desahogan
sin que importen mis lágrimas,
un amante en borrador,
incompleto,
casi ni siquiera esbozado.

Soy el cero a la izquierda,
el desenfocado en las fotos,
el perdedor en todos los lances del amor,
el desubicado, siempre errante,
en busca de su lugar.

Soy el que limpia los restos del banquete,
conformándome con las migajas,
el idiota distraído,
el castrador de su autoestima,
el suicida desganado y sin valor para serlo.

Soy el eterno esperanzado,
que aún confía en encontrar un corazón
que le diga “quédate”
y que sea para siempre.

viernes, 19 de agosto de 2011


Hastío.
Luz donde debería haber oscuridad.

Hartazgo.
Aleteo de mariposas asolando ilusiones.

Amor bizarro.
Ideas brotando como margaritas entre los cerdos,
escapando como caballos desbocados
de mi mente enferma.

Y si tú te vas, yo ya no vuelvo


jueves, 18 de agosto de 2011

FIN DE CICLO. TIEMPO DE CAMBIO.

Creo que ha llegado el momento, -si es que no había llegado ya y me estaba resistiendo a aceptarlo-, de cerrar un ciclo y dejar que comience otro. Porque a estas alturas del partido, cuando ya encaro la recta final de la vida, hay que empezar a dejar de hacer las cosas que hasta ahora parecían normales y que, a partir de ahora, pueden parecer ridículas, por no decir patéticas, a mi edad.

¿Qué ha hecho que piense así? Llevo un tiempo dándole vueltas a la idea. Repaso estos últimos años y después de volver a releer toda nuestra correspondencia me respondo que hay que afrontar los cambios. Las primeras cartas, escritas en tono formal. El grueso de ellas, las que nos escribíamos a diario, en las que intimamos. Y las de los últimos meses, más escasas y espaciadas, en las que se nota que nos hemos enfriado. Que ya no hay nada que me retenga en esta vida de ahora, en este lugar, en este tiempo lleno de confusión. Que lo que no pudimos o quisimos hacer que fuera en su momento, no lo va a ser nunca por mucho que pongamos ahora de nuestra parte. Que ha llegado el momento de iniciar nuevos proyectos, de poner proa hacia otros puertos, de buscar nuevos estímulos. Que lo que me queda ahora es hacer esta parte final del viaje ya sin compañía. No ser un lastre para nadie. Tampoco está tan mal viajar con la soledad. Llevamos ya mucho tiempo juntos y hemos aprendido a respetar nuestras manías y nuestros silencios.

Pero hay algo que sí quiero dejar claro. Aunque no esté a la vista para los que me han acompañado hasta ahora, siempre, siempre, cuando me necesiten, acudiré raudo a su llamada y allí estaré, porque han de saber que pueden contar conmigo. Ellos ya lo saben. Silencioso y en un rincón para no molestar. Pero a su lado, incondicionalmente, como hasta ahora.

miércoles, 17 de agosto de 2011

MADRID. CUATRO DÍAS, TRES NOCHES. 6 EPÍLOGO

No vendrá la noche esta noche
dejándome huérfano de ti,
perdido en mi vacuidad,
buscando la cómplice oscuridad
en los bares en los que solíamos refugiarnos.

No vendrá la noche esta noche,
no me acompañará la luna a buscarte,
no me sorprenderá el amanecer
asomado a tu balcón.

No vendrá la noche esta noche,
no habrá rocío en tus labios
para calmar la sed de los míos,
dejándome solo, en compañía de mis manos
o,
arrojándome a otros brazos.

martes, 16 de agosto de 2011

MADRID. CUATRO DÍAS, TRES NOCHES. 5 EL ÚLTIMO ADIÓS

Amanece con Madrid empapando las sábanas. Hace tantos años, más de diez, que no amanezco con alguien a mi lado que por un momento creo haber vencido mi miedo irracional a compartir noches y espacios cerrados a solas con una mujer, al ver mi reflejo en tu espalda. Me imagino cómo será verlo en la suya. Es más amable la visión. Y este pensamiento no me hace sentir mal. Te das media vuelta y despiertas. Sonríes. ¿Por qué tienes que sonreír al despertar?
Voy al baño. Tú, detrás de mí. Me miro al espejo. Me abrazas. Pero siento que son sus manos las que dibujan ochos en mi pecho. Beso su hombro pero es el tuyo. Veo su rostro en el espejo. No es el tuyo. Es el suyo. El que querría ver todas las mañanas. Tú lo sabes. Me lo dices con los ojos al mirar el espejo. Parece no importarte.
Pago la cuenta. Deseamos que hayan disfrutado de su estancia. ¿Me acompañas? Atravesamos Atocha. Esta vez para irme para siempre. Corremos cogidos de la mano. Me doy cuenta de que, como casi siempre, no he comprado regalos para nadie. Hago una compra apresurada en una de las tiendas de la estación. Objetos bizarros y de lo más kitsch. Regalos que no van a gustar a nadie. Hubiera querido comprar otras cosas más acorde con sus gustos, pero esta manía de dejarlo todo para última hora… Aún nos queda tiempo para tomarnos un café, sin hablar, en la estación. Es cuando me doy cuenta de que sabes que no voy a volver. Siempre me dijiste que decía más con mis silencios que cuando hablaba. Es una suerte que no fumemos, dices.
En el arco, dos besos en las mejillas. Recojo la maleta. Vuelvo la cabeza. Sigues ahí, tan tú. ¿Qué nos faltó? Te digo adiós con la mano.
Nunca la pierdas, gritas.

lunes, 15 de agosto de 2011

MADRID. CUATRO DÍAS, TRES NOCHES. 4 UN SUEÑO

Por primera vez en mucho tiempo, esta mañana, al despertar, recuerdo retazos de un sueño. Ella en un sofá. Tiene un atlas abierto sobre su regazo. Ha dibujado un mapa nuevo. Es una isla que no existe. Ella se ha puesto en el centro. Por fin estoy yo. Aunque en un extremo. Otro ataque de esperanza. Otro día de dolor.
Salgo de la ducha. Te llamo. Quedamos para comer. El click. Sé que vamos a pasar todo el día juntos.
Hace calor en Madrid. Y no hay verbenas. Son la semana que viene. Una semana de agosto en un Madrid sin verbenas es casi peor que tener esperanza.

viernes, 12 de agosto de 2011

MADRID. CUATRO DÍAS, TRES NOCHES. 3 DOS MOJITOS Y UNA PREGUNTA

Otra vez, como hace una año, tú y yo en el Stork. Dos mojitos. Esta vez me los han cobrado bien. Me pregunto en voz alta qué es lo que hace que siga esperando algo que sé que jamás llegará. La esperanza, respondes.
De todos los males que liberó Pandora al abrir la caja el peor, el más dañino, es la esperanza, te digo. Nunca la pierdas, pareces decir al sonreír.

jueves, 11 de agosto de 2011

MADRID. CUATRO DÍAS, TRES NOCHES. 2 LA PRIMERA NOCHE

Las once de la noche. Apenas a cinco minutos, Huertas. La Champanería. ¿Recordarás el pasodoble de aquella noche? ¿Las risas? Pero, antes, una cerveza en La Dolores con uno de aquellos canapés de salmón que tanto te gustaban. No me he atrevido a llamarte. Sólo me como la mitad.
Una cerveza turbia en el Naturbier. Otra en la Cervecería Alemana de Santa Ana. Sentado en la terraza contemplo la fachada del Español. Así que pasen cinco años. Carlos Hipólito, tú y yo. Han de pasar cinco veces cinco años y seguiré sin encontrarla. Pero a ti te llamaré mañana. Me lo prometo.
Camino del Clash. Tu minifalda. A nadie le queda una minifalda tan bien como te quedaba a ti. El ruido de tus tacones emerge entre mis recuerdos. Mejor voy al Templo del Gato. Una margarita. Sonrío al recordar tu tos al tragarte la sal. Salgo a la calle. Me quedo en la acera mirando el final de Trujillos. Justo en ese lugar nos dimos el primer beso. Siempre he lamentado tener tan buena memoria. Aún la tengo. Recuerdo conversaciones y noches completas con ella. Hasta el último detalle. Mañana te llamo. Sin falta.

miércoles, 10 de agosto de 2011

MADRID. CUATRO DÍAS, TRES NOCHES. 1 LA LLEGADA

De nuevo en Madrid. Con este calor asfixiante que me perseguirá en el recuerdo a pesar de ser tan temprano. La gente corriendo por el andén. Reencuentros. Besos. ¿Qué tal el viaje? Abrazos. ¿Cómo estás? Alguna lágrima. Nadie ha venido a buscarme.
Cruzar Atocha. Recoger la llave de la habitación. El ritual de deshacer la maleta. Encender y apagar dos veces la luz del baño. Conectar la televisión. Que haya ruido en la habitación. Que mi cerebro crea que no sigo solo. El autoengaño. El vértigo al contemplar el insondable vacío que quedará en el lado izquierdo de esta cama tamaño King-size. Abrir el correo. Hay que aprovechar el wi-fi. Nada de interés.
Subir al Retiro. Manosear los libros de Moyano. Cuando nadie mira, oler los libros viejos muy usados. El Ángel Caído. Buscar el clavo geográfico. No soy capaz de encontrarlo. Como siempre. Una cerveza al lado del estanque esperando la hora de comer. Es la primera vez que pienso en llamarte. Sólo llevo tres horas aquí y ya estoy deseando llamarte.

lunes, 8 de agosto de 2011

PRIMA POR OBJETIVOS

Un segundo antes de que se produjera el choque frontal que me provocó la muerte, pensé en el presidente del consejo de administración de mi banco. Era posible que, por los préstamos que no iba a llegar a devolver, no llegara a percibir la prima por objetivos. Pobre hombre.

domingo, 7 de agosto de 2011

DAME TIEMPO Y SILENCIO

Dame tiempo y silencio. Para aclarar las ideas. Para asimilar la vorágine de pensamientos y vivencias de estos días. Para poner orden en las notas. Para estar preparado para las ausencias. Para todo lo que ha de venir.

Dame tiempo. Dame silencio. Para repensarte. Para saber si te he extrañado. Para saber si aún te sigo queriendo.

Dame tiempo. También silencio. Para armarme de valor y contarte lo que he vivido. Para atreverme a decirte que me ha gustado. Que lo he disfrutado aunque no haya sido contigo.

Entre tanta confusión, quisiera llorar pero ya no me sale.

viernes, 5 de agosto de 2011

GANAR UNA BATALLA. PERDER LA GUERRA

He pensado en ti todo este tiempo. No sé si quería perderte. Porque si algo sé, es que perder a alguien a quien se quiso tanto nunca es fácil. Y, durante todo este tiempo, he aprendido que algún día te olvidaré y seré feliz.

Pero no he podido evitar volver a perderme entre el trigo y el verde mar que se desborda en tu mirada. Me he dejado llevar, de nuevo, por tu sonrisa. Y he olvidado todo lo que pasamos. El sufrimiento, el dolor. Pero, sobre todo, me he olvidado de lo que realmente quiero. Y eso ha sido lo peor.

Pero me ha podido el deseo. Más bien algo parecido a un orgullo masculino mal entendido. Saber cómo sería hacer el amor contigo. Durante tanto tiempo deseé ese momento… Volver a ver la marca de nacimiento junto a tu pezón derecho… Jugar con tu cuerpo. Que lo recorrieran, tímidos y nerviosos, mis dedos, como tantas veces soñé que lo hacían. Hurgar en ti. Sentir cómo sería estar dentro de ti… Que me sintieras…

He ganado una batalla. ¿Ha merecido la pena? Creo que sí. Pero sé que he perdido la guerra.

En el AVE Madrid-Zaragoza. A la altura de Yebes. 04AGO11. 11:55 h.

jueves, 4 de agosto de 2011

A VUELAPLUMA (V)

Mi cerebro es un lugar patético.
 ***
La duda no está en los otros. Está en mí mismo.
 ***
Intento convencerme de que aún hay un vínculo, por fino que sea, que nos une. Aunque sé que no es verdad. Hace pocos días oí cómo te reías al romperlo.
 ***
Llega virgen mi alma a este momento de la vida. No tiene recuerdos. Está expectante ante lo que la vida le ofrezca a partir de ahora.
 ***
El amor no es una mentira. El amor es LA mentira.
 ***
Llegará el invierno y no cicatrizará mis heridas.