Si yo no tuviera esta tendencia al fatalismo tan acusada, si no me hubiera rendido antes de presentar batalla, si hubiera luchado más por ella, -aunque uno sabe que hay guerras que nunca se ganan porque no está en sus manos la resolución de las mismas y están perdidas antes de empezar-, sé que nada hubiera cambiado. Que todo sería igual que ahora. Pero yo no tendría esta sensación de que merezco esta soledad que se va a quedar conmigo para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario