jueves, 11 de agosto de 2011

MADRID. CUATRO DÍAS, TRES NOCHES. 2 LA PRIMERA NOCHE

Las once de la noche. Apenas a cinco minutos, Huertas. La Champanería. ¿Recordarás el pasodoble de aquella noche? ¿Las risas? Pero, antes, una cerveza en La Dolores con uno de aquellos canapés de salmón que tanto te gustaban. No me he atrevido a llamarte. Sólo me como la mitad.
Una cerveza turbia en el Naturbier. Otra en la Cervecería Alemana de Santa Ana. Sentado en la terraza contemplo la fachada del Español. Así que pasen cinco años. Carlos Hipólito, tú y yo. Han de pasar cinco veces cinco años y seguiré sin encontrarla. Pero a ti te llamaré mañana. Me lo prometo.
Camino del Clash. Tu minifalda. A nadie le queda una minifalda tan bien como te quedaba a ti. El ruido de tus tacones emerge entre mis recuerdos. Mejor voy al Templo del Gato. Una margarita. Sonrío al recordar tu tos al tragarte la sal. Salgo a la calle. Me quedo en la acera mirando el final de Trujillos. Justo en ese lugar nos dimos el primer beso. Siempre he lamentado tener tan buena memoria. Aún la tengo. Recuerdo conversaciones y noches completas con ella. Hasta el último detalle. Mañana te llamo. Sin falta.

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