De vez en cuando, inesperadamente, llegan personas a nuestras vidas que, de una manera u otra, se quedan para siempre. Yo no soy de esos. No he encontrado un corazón en el que acurrucarme.
***
Otras veces conocemos personas que dejan una huella indeleble en nosotros y cuando se van, sentimos ganas de volver a encontrarnos con ellas. Tampoco soy de esos. Procuro no dejar ningún rastro
***
Nunca me iré porque nunca habré llegado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario