jueves, 10 de mayo de 2012

DE CASA AL TRABAJO

Cojo el autobús por los pelos. Lo primero que hago nada más pagar mi billete es buscarla con la mirada. Hay un asiento libre junto a ella. Me quedo de pie, por supuesto.

***

Entablo conversación con la reencarnación de Andy Warhol. Es abogado. Me dice que le gustaría dedicarse a la política. Es la definitiva prostitución del arte. El caso es que el tipo tenía unas gafas parecidas a unas que usaba Andy Warhol y llegó a engañarme. Creía que entre los gafapasta no nos hacíamos estas cosas.

***

Leo a Bukowsky. Subrayo algunos versos. Me mareo. Creo que los versos de Bukowski destilan más alcohol del que yo puedo soportar a las siete de la mañana.

***

Llego a mi parada. Vuelvo a buscarla con la mirada para despedirme de ella. Por primera vez en todos estos meses de viajes compartidos en el autobús, me sonríe. Me sonrojo. ¿Qué otra cosa esperabais que hiciera?

No hay comentarios:

Publicar un comentario