Paso toda la mañana enterrado entre números y oyendo “Turnedo” una y otra vez. Yo también soy el tipo que se recomienda a sí mismo no volver a verte. Pero ni yo mismo soy capaz de engañarme.
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Una sola palabra que hubiera salido de tus labios. Dos puñeteras letras. Y hubieras cambiado el mundo. Aún estás a tiempo de cambiarlo.
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Pasaría todas las noches que me quedan escribiendo versos con mis dedos sobre tu cuerpo para borrarlos por la mañana y poder seguir escribiendo versos nuevos.
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