“Duerme: no queda nada.”
Federico García Lorca
Por fin podremos dormir tranquilos,
toda la noche sin sobresaltos,
sin tener que levantarnos a media noche
para avivar el fuego que daba calor a nuestro mundo,
hoy, yaciente, derruido naipe tras naipe,
resignados nosotros, sus únicos habitantes,
a la suerte que buscamos,
y no tendremos ganas, ni nos quedarán sueños,
para volver a levantar de nuevo sus pilares
para sostenerlo sobre los cimientos
que un día creímos sólidos e indestructibles.
Al fin podrás dormir en paz,
tranquila, sin despertarte en medio de tu pesadilla
y lamentar que fuera yo quien estaba a tu lado,
sin preocuparte de mirar atrás
y ver la ruina en que convertimos nuestras vidas.
Por mi parte, yo dormiré. Tranquilo.
Toda la noche. Sin sobresaltos.
Dejándome llevar donde me arrastre la corriente
de estos días vacíos, sin sentido, que me esperan,
sin volver a tener sobre mí
tus pies fríos, tus cálidos labios .
Sí. Ya sé que solo haremos el amor en mis sueños
y todo parecerá, de nuevo, perfecto.
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