jueves, 12 de abril de 2012

LA DESPEDIDA MÁS HERMOSA DEL MUNDO

“No llores porque ya se terminó. Sonríe porque sucedió.”
Gabriel García Márquez

Por haber robado la luz a París para iluminar nuestras vidas;
por los amaneceres que nos sorprendieron amándonos;
por los que ganamos conociéndonos;
por haberme ayudado a recuperar mi dignidad;
por apartarme de mis adicciones;
por haberte convertido en la única;
por estar en mi música;
por llenar con tus risas mi silencio;
por mi falta de objetividad cuando se trataba de ti;
por tu excesiva subjetividad cuando hablabas de mí;
por la sinceridad que presidió nuestros días;
por la ausencia de mentiras;
por esas madrugadas bailando sin querer que acabaran;
por haberle dado sentido a mi existencia;
por ser la protagonista de los mejores capítulos de mi biografía;
por no haber llegado a ser siquiera una línea completa en la tuya;
por aquel agosto que nos dejó helados;
por este abril tan inesperadamente amable;
por el hijo que quisimos tener;
por mantener viva la esperanza;
por lo bien que suena tu nombre en mi boca;
por el buen sabor que me deja al pronunciarlo;
por haber estado una temporada en mi vida;
por el accidente que supuso que entrara en la tuya;
por todo lo que turbé tus horas;
por las noches que descansé en tu pecho;
por las que caminamos hombro con hombro;
por dejarme velar tu sueño;
por espantar mis pesadillas;
por no haber dejado nunca de mirarme a los ojos;
por haber aguantado siempre tu mirada;
por el eclipse lunar, cómplice y guardián, de nuestros primeros besos;
por el buen sexo que nos dimos;
también por el urgente y furtivo;
por no habernos perdido;
por saber que estaremos uno al lado del otro eternamente;
por todo lo que nunca fuimos;
por todo lo que estuvimos a punto de ser;
por todo lo que llegamos a querernos;
por haber estado tan cerca de amarnos;
por no haber evitado emocionarnos en los buenos momentos;
por sonreír incluso en los más difíciles;
por todo lo que hoy perdemos y jamás recuperaremos;
por no haber dejado nunca de ser fieles a nosotros,
tú, siempre tan tú,
yo…, ya sabes, tan así,
nos merecemos la despedida más hermosa del mundo.

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