viernes, 30 de marzo de 2012

Ojalá te pierdas lo suficiente
en un lugar donde no pueda volver a verte,
desde el que no me lleguen noticias tuyas
y mis oídos permanezcan sordos al sonido de tu risa.

Ojalá te escondas de mí tan bien
que no pueda encontrarte nunca más
en los amaneceres perezosos
que remolonean en los brazos de la luna.

Ojalá huyas de mi vida para siempre,
que deje de ser este infierno en el que vivo,
que alguien ocupe el lugar que nunca quisiste para ti
y así mis brazos puedan volver a ser un hogar.

Ojalá llegue pronto el día en el pueda dejar de engañarme,
en el que pueda dejar de soñarte,
en el que quiera dejar de amarte…

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