domingo, 26 de febrero de 2012

UNA NOTA SUELTA (XIX)


Puede parecernos que aquellos a los que más queremos, esos que un día fueron importantes para nosotros, son los primeros en desaparecer. Sin embargo, sabemos, -estamos seguros de ello-, que, aunque no los veamos tan a menudo como quisiéramos, siempre están cerca, como un ángel de la guarda, y que cuando los necesitemos, -incluso aquellos a los que un día les pedimos que nos dieran tiempo y distancia y se alejaran-, serán los primeros en responder a nuestra llamada. Solo hay que vencer el temor a un rechazo que no llegará por su parte porque están deseando volver.

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