lunes, 19 de diciembre de 2011

… Y PASÓ (POR FIN HAS LLEGADO)

Tú,
sobre las sábanas,
tu piel tan blanca, de nácar,
se confunde con ellas.
Esas pecas que trufan tu cuerpo,
esos ojos tan claros,
casi transparentes, escrutadores,
y el rosado de tus aréolas
que recorro con mis besos,
bastan para que me reconcilie con el mundo,
para que vuelva a creer
que siempre, en cualquier momento,
en cualquier lugar,
hay alguien por quien merece la pena esperar.

Yo,
de nuevo entre tus muslos,
devorando el fuego de tu pubis,
intentando calmar mi sed atrasada,
llenándome de tu esencia,
bebiéndote entera
sin llegar nunca a saciarme,
sin querer quedar nunca colmado de ti.

Una sola mirada basta.
Un cruce de sonrisas es suficiente
para volver a acompasar nuestros movimientos.

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