Por suerte para mí, aún no se han inventado los relojes que marquen las horas que no he aprovechado para vivirlas.
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Incluso en los momentos más tenebrosos y oscuros, se cuela un pequeño rayo de esperanza por no se sabe qué resquicio.
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Siempre he comprendido, al menos lo he procurado, las razones, las motivaciones, las decisiones, las elecciones de los que me rodean sin hacer preguntas, sin pedir explicaciones. Espero que cuando llegue el momento de entender las mías, actúen de la misma manera que lo he hecho yo.
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