sábado, 19 de noviembre de 2011

POR SI ALGÚN DÍA TE DECIDES

He comprado el gel que usas, ese que huele tan bien; una esponja nueva; cepillos para tu pelo; tu perfume favorito. Junto a mis cremas he dejado un hueco para que pongas las tuyas.

He comprado bombones, chocolatinas y champagne suficientes para no tener que salir de casa en un mes.

Mantengo mi casa a la temperatura adecuada para que estés tan a gusto como en la tuya. Y siempre dejo la luz de la entrada encendida.

He recuperado mi sonrisa y me he prometido no volver a perderla.

He dejado las paredes como un lienzo virgen, como un folio en blanco para que pintemos en ellas nuestra vida, para llenarlas de palabras nuevas.

He ido corriendo a la librería a comprar algunos de los libros que queremos leer.

He pintado el dormitorio de tu color preferido. Te he reservado un espacio en el armario para que vayas trayendo tu ropa. He dejado vacíos los cajones de una mesilla para que guardes en ellos lo que quieras. He empezado a dormir en el lado izquierdo de la cama, aunque sé que me costará acostumbrarme.

Ya ves que no pierdo la esperanza de que algún día de los que vienes a verme, decidas instalarte en mi vida para siempre.

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