No hay lugar para las lamentaciones en mi vida. Como dice la canción, los malditos no lloran.
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Aunque en mi cabeza todas las noches sean desenfrenadas noches de sábado, mi corazón se ha quedado prisionero en la 1:27 a.m. de aquel martes.
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Tengo problemas de concentración. No te has terminado de marchar y ella ya está llenando el vacío que vas dejando.
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