lunes, 31 de octubre de 2011

ALGUNAS COSAS (AHORA QUE EMPEZAMOS A CONOCERNOS)

Nunca le he dicho a nadie que podía contar conmigo. Creí que bastaba con que me vieran silencioso y en un rincón para que supieran que siempre iba a estar cuando me necesitaran. Que para mí no hay nada más importante que acudir a su lado cuando alguien a quien quiero me necesita, dejando siempre a un lado mi vida. Ya tendré tiempo de retomarla donde la dejo cuando quien me requiere a su lado se sienta reconfortado con mi “ayuda”.
Nunca he llegado a pensar que mi presencia, que mi forma de querer, pudiera llegar a ser excesiva, incluso molesta. No sé querer de otra manera. Quiero excesivamente y quizá desee que se me llegue a querer por apabullamiento. Yo soy de esos a los que no se quiere a primera vista, de esos a los que es difícil llegar a querer. Acaso por eso es por lo que pienso que mi presencia constante es lo que hará que, en muy contadas ocasiones, alguien corresponda a mis sentimientos.
Nunca se me ha dado muy bien eso de exteriorizar y verbalizar mis sentimientos. Siempre me ha parecido que soy muy transparente y con eso era suficiente para que todos supieran lo que siento y pienso. A veces demasiado transparente. Por eso siempre he evitado sostener la mirada de las mujeres a las que he amado. No te enfades cuando no tengo tus ojos dentro de mi campo de visión. Quizá me avergüenza que sepas todo lo que estoy empezando a quererte. Sólo aguantaré tu mirada cuando hayas salido de mi cabeza. Quizá sea eso lo que hace que ahora me atreva a buscar mi reflejo en sus ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario