martes, 21 de junio de 2011

QUÉ SABRÉ YO

Y qué sabré yo si sus noches son como las mías, con lágrimas que empapan la almohada, si sus sueños ya son sólo pesadillas. Qué sabré yo si todos los días amanece para ella o son una noche perpetua como me sucede a mí. Cómo puedo saber si es su depresión que ha vuelto lo que grita su sonrisa al vernos o, realmente, es su sonrisa. Qué sabré yo de acortar este universo infinito de menos de un metro que se interpone entre nosotros. Qué sabré yo si somos capaces de ver el sol cayendo sobre el asfalto de la misma manera. Qué sabré yo de sus idas y venidas, de mi rabia, de los abrazos vacíos, de los besos al aire. Que sabré yo de ella si cuando me pide flores nunca sé dónde encontrarlas y siempre vuelvo con las manos vacías, porque nunca he entendido que no me pide flores sino gestos. Y qué sabré yo si al final de su mirada se adivina lo mismo que se sabe en el fondo de la mía. Qué sabré yo si ella también tiene un nudo en la garganta esperando encontrarse con el mío.

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