viernes, 13 de mayo de 2011

UNA DE CAL Y UNA DE ARENA

LA DE ARENA (LA QUE SE VA)
Tu verde que ha teñido de negro mi vida. Tus interferencias. Mis ganas de que guardes silencio. Mi miedo, tu alimento. Tu cielo que fue mi infierno. Saber que estás ahí. Apretar los ojos con la esperanza de que al abrirlos hayas desaparecido. Tu sensación de que quedó algo pendiente entre nosotros. Mi certeza de saber que lo único pendiente es que alguien me recuerde que no soy como tú.



LA DE CAL (LA QUE HA DE LLEGAR)
Llegarás sin avisar, como siempre ocurren estas cosas, provocándome el placer del deseo de amarte. Llenarás el hueco de mi abrazo y, poco a poco, se acostumbrará tu cabeza a mi latido. Me empaparás de vida, sí, de buena vida, en cada uno de nuestros encuentros. Te vestiré de diosa con todos los besos que he guardado sólo para ti. Trazaré nuevas rutas, caminos impensables, en el mapa de tu cuerpo. Harás realidad mis sueños. Llevo toda mi vida soñándote. Al despertar habrás hecho desaparecer todos mis fantasmas. No dejarás en mí recuerdos de nadie. ¿Te quedarás para siempre?


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