jueves, 5 de mayo de 2011

TU NOMBRE (SABER QUE EXISTES) ENVENENA MIS SUEÑOS

Contigo solo estaba,
En ti sola creyendo;
Pensar tu nombre ahora
Envenena  mis sueños.
 
Envenenas mis sueños. Como en los versos de Cernuda, pero no por la misma razón. Yo no te echo de menos. No sólo es tu nombre lo que envenena mis sueños. Es saber que existes. Me envenenas sobre todo cuando no duermo. Eres tú.  Es tu recuerdo y lo que provoca. Es cuando de pronto apareces, como siempre, sin avisar. El pánico siempre que suena el teléfono. Y, de nuevo, vuelves a ser tú. No encuentro forma de librarme de ti. He visitado a infinidad de psicólogos y psiquiatras sin que ningún tratamiento haya podido extirparte de mi vida. Hasta hoy. Alguien me ha dado la dirección de un médico de confianza, aunque suspendido por mala praxis médica. Me ha dicho que el medicamento que me va a recetar "sólo necesita una toma para acabar con el problema. Es 100% efectivo. Nunca he tenido queja o reclamación de ninguno de los pacientes que he tratado. Sólo de algún familiar algo apocado." . Me ha entregado un paquete con su correspondiente prospecto. Dice así:

"MODO DE USO.
1º Asegúrese de que no haya nadie a su alrededor cuando vaya a proceder a iniciar el tratamiento.
2º Cargue el arma.
3º Quite el seguro.
4º Apoye el arma sobre su sien derecha, izquierda en caso de ser zurdo/a.
5º Apriete el gatillo.
EFECTOS SECUNDARIOS
Grandes manchas de sangre en el lugar donde administre este medicamento. Altas posibilidades de aparición de masa encefálica en paredes, suelos y techos."

Antes de salir de la consulta me ha asegurado el doctor que no oiré el ruido. Que a partir de ese momento no habrá nunca más ruido, ni miedo, ni veneno. Y que volveré a estar en paz. Para siempre.

¿Qué ha de decir un muerto?

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