miércoles, 4 de mayo de 2011

COSAS QUE QUEDARON (Y SIEMPRE QUEDAN) PENDIENTES

Miles de besos atrapados en la punta de nuestras lenguas.
Infinidad de caricias prisioneras en las yemas de los dedos.
Los últimos “te quiero” que morirán en mi boca por este pudor mío malentendido.
Litros de sudor que no empaparán nuestras sábanas.
Todos los libros que no leeremos juntos.
Cientos de poemas en los que ya no estarás.
Los atardeceres, hasta el fin del mundo, junto al Ángel Caído que no veremos.
Una bolsa de patatas fritas y dos jarras de cerveza bien fría que no tomaremos en El Mirador.
Tantas y tantas ciudades que debimos conocer.
Cierro la maleta.
El tren no espera…
La vida tampoco.

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