Si alguna vez la vida te maltrata,
acuérdate de mí,
que no puede cansarse de esperar
aquel que no se cansa de mirarte.
Qué más da cómo te llames. A quién le importa si hoy eres Laura, mañana Lola, pasado Merche y ayer fuiste María Jesús Da igual si hoy tengo quince años, mañana veinticuatro, pasado veinticinco y ayer tuve dieciocho. Qué importa todo si estamos fuera del tiempo. Si a mí me vale cualquier época y cualquier nombre, excepto el que te ensuciaría. Nadie sabrá tu verdadero nombre, Laura, nuestro “Shem Shemaforash”, para que nadie lo pronuncie y lo mancille. Qué más da si eres morena o pelirroja. Si tienes los ojos azules, negros, marrones o grises. No, grises no. Perdería brillo tu mirada. A nadie le importa si eres sólo una o eres todas. O que no seas ninguna. Qué más da si existes o sólo te evoco. Lo único que importa es que no me cansaré de esperarte. Aunque todas las señales dicen que nunca vas a llegar. Pero da igual. Aun así te esperaré. No pierdo la esperanza de verte llegar algún día. Ya sabes que siempre dejo la puerta entreabierta, la luz encendida y una taza de té recién hecho por si algún día te decides.
… este cielo rojo sangrante
que amenaza tormenta,
trae consigo mi olvido
y tras él tu muerte…
No hay comentarios:
Publicar un comentario