viernes, 29 de abril de 2011

EPÍLOGO,…, EL FINAL (¿PARA SIEMPRE?)

Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.

No soy capaz de recordar cuánto tiempo llevo ya encerrado en esta habitación, desde la que sólo veo las paredes y un muro de piedra por la pequeña ventana. “Es lo que tiene el electroshock. Hace milagros.”, dice el médico que me lo aplica. Hubiera preferido que me arrancaran los brazos si ya no iba a volver a abrazarte. Que me sacaran los ojos si mi mirada no se iba a teñir con el reflejo de la tuya. Que arrojaran mi cuerpo a las alimañas y lo dejaran en puro hueso si ya no iba a ser acariciado por ti. Pero en lugar de eso, han borrado mis recuerdos. Apenas puedo recordar mi nombre, …, mucho menos el tuyo, ni tu rostro. Pero, con ser eso malo, no me importa. Cada día puedo ponerte el nombre que yo quiera, excepto ese que creo adivinar que te mancharía. Y el rostro, aunque últimamente cada cara que te imagino se parece más a la anterior que imaginé y está más cerca de ser la tuya. Y, si pudiera concentrarme un poco, creo que sería capaz de recordar tu verdadero nombre, nuestro “Shem Shemaforash”. Siguen insistiendo en que nunca exististe fuera de mi pensamiento. Ellos no saben, ¡pobres infelices, qué mala suerte tuvieron al no conocerte!, que tú vienes al lado de mi cama, como todas las noches y, tumbándote a mi lado pidiéndome silencio, susurras las buenas noches en mi oído izquierdo y, como siempre, me pides que te abrace para ahuyentar el frío y en mis labios depositas el último beso del día y tus pies se enredan entre mis piernas. Soy consciente de que cada vez está más cerca el día de tu último beso y, aunque yo nunca he sido de finales felices, no se me ocurre final más feliz que este que está a punto de llegar. Y, por fin, podremos viajar a todas las ciudades que un día, entre risas, pensando que viviríamos eternamente, señalamos en nuestros atlas infantiles.

… finalizado el exorcismo
para no vivir eternamente en este vacío
me voy contigo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario